domingo, 23 de febrero de 2014

La rana sorda


Un grupo de ranas iban atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. 

El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron que este era muy profundo y que las dos ranas por más que saltaban no alcanzaban la orilla se empezaron a escuchar rumores y de pronto iniciaron los gritos y les decían a las dos ranas que se dieran por muertas. 

Las dos ranas ignoraron los comentarios y siguieron saltando con todas sus fuerzas para salir del hoyo. 

Las demás ranas siguieron gritándoles que se detuvieran, que se dieran por muertas. 

Finalmente, una de las ranas empezó a escuchar los gritos de las otras ranas y se dio por vencida. Se dejo caer al suelo y murió. 

La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo. Nuevamente el grupo de ranas le gritaron que ya no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir. 


La rana saltaba más y más fuerte, y más fuerte… hasta que finalmente logro salir. 

Ella pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo y les agradeció el apoyo... esta rana era sorda y no le era posible escuchar los gritos de las demás. 

Moraleja:


Una palabra de aliento a alguien que está pasando por un mal momento puede reanimarlo, y ayudarlo a salir adelante.

miércoles, 12 de febrero de 2014

El éxito comienza con la Voluntad


Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que no puedes, no lo lograrás. 

Porque en el mundo encontrarás
que el éxito comienza con la voluntad del hombre.
Todo está en el estado mental.

Porque muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido, 
y muchos cobardes han fracasado, 
antes de haber su trabajo empezado.

Piensa en grande y tus hechos crecerán
Piensa en pequeño y quedarás atrás
Piensa en puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.

Si piensas que estás aventajado, lo estás.
Tienes que pensar bien para elevarte.
Tienes que estar seguro de ti mismo, 
antes de intentar ganar un premio.

La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte, o el más ligero
porque tarde o temprano, el hombre que gana, 
es aquel que cree poder hacerlo.

Autor: R. Kipling